Siempre Tiburón hasta morir forrado de billetes
Se comenta esto porque de acuerdo a la información deportiva, el equipo de La Piedad, con sede en Michoacán (antes Albinegros de Orizaba, propiedad del político orizabeño Fidel Kuri, hoy desplazado por el poder), pasa en automático por una simple transacción millonaria, a convertirse en Tiburones Rojos de Veracruz, así, sin pelear el ascenso en la primera división B o segunda, como le conocemos todos.
Y no, no hay que ser experto para darse cuenta de tal chapuza, trampa, pues en términos prácticos no llega un Veracruz de primera división al puerto, sino un equipo comprado que acaba de ascender, propiedad de un veracruzano, político con intereses propios y que además es conocido por ser un personaje que de espíritu deportivo, tiene lo que nosotros de astronautas de Marte.
A la michoacana afición de La Piedad de plano nomás les pintaron “Mocos” y les dijeron que su equipo recién ascendido se lo llevarían al puerto de Veracruz.
Sin duda para la afición escuala es una buena noticia y ya algunos están con el pecho descubierto para recibir las balas de las críticas por el movimiento esencialmente monetario, sin valores de esfuerzo, garra, afición, sacrificio, sudor en la camiseta: todo eso que se supone el deporte nos debe enseñar, hoy se convierte en una vulgar compra.
Todo es el cochino dinero en Veracruz. Pareciera que aquí en la tierra donde no nació Agustín Lara sólo importa el maldito dinero. Todo es “Lo pago, tengo cartera abierta, chingo de lana” y así se la llevan como filosofía pragmática mal aplicada.
Por cierto que un experto periodista deportivo como Rafa Ocampo, de Milenio, retoma el asunto en su columna AFICIÓN: “Lo que definitivamente no entiendo es la autorización para que la franquicia de La Piedad, el equipo que logró su ascenso a la Primera División, sea llevado, también ipso facto, a Veracruz. Es una burla a todos, empezando por los aficionados de la ciudad michoacana. Y luego también a todos los demás pues resulta ahora que un equipo que está en la Liga de Ascenso puede subir con el puro mérito del dinero. ¿Para qué diablos existe una división inferior? ¿Para qué juegan con que exista un ascenso o descenso?”.
La afición veracruzana no merece tal falta de respeto para ser engañada con triquiñuelas baratas. Si bien Veracruz merece un equipo de primera división porque aquí es cuna de grandes futbolistas, a la autoridad estatal le ha faltado imaginación para aprovechar ese bastión, promover el deporte a lo mejor hasta con una liga propia interestatal y no reducirse a una liguilla manipulada por las principales televisoras del país y sus truculentos negocios.
Como están las cosas, y si el asunto era meramente electorero, mejor se hubieran comprado al Barcelona, o ya de perdida al Borussia Dortmund, que acaba de disputar la Champions. O sea, un equipo ganador, triunfador, pero que además asegure que no dejará en ridículo a sus compradores.
Vaya, no compren un Cruz Azul, por ejemplo, porque ya muchas decepciones tienen los fanáticos de los Tiburones Rojos.
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