12 de julio de 2013

¿Cultura taurina? no maaaaaa… nche, diputada

¿Fiesta brava? La que tienen en la cola

Pablo Jair Ortega - pablojairortegadiaz@gmail.com.- 
Desde redes sociales ha crecido la inconformidad por la propuesta de una diputada suplente del PRI por el distrito de Coatepec, llamada Carolina Galván, para "proteger" la "cultura taurina" en el estado de Veracruz.

La diputada acaba de arribar al cargo y es suplente de otro que gusta de explotar a los animales: el recientemente alcalde electo Roberto Pérez Moreno, ese que tiene una leona en su rancho y es conocido por presumir caballos en su página de Facebook.

Quizás la diputada que quiere oficializar el maltrato animal no sabe que Teocelo, Xalapa, Veracruz, Boca del Río, Fortín y Córdoba son los 6 municipios veracruzanos en donde se han prohibido estas prácticas que incluyen actos de circo y corridas de toros. Los únicos renuentes han sido familias de Xico y Teocelo, que insisten en ver como deporte la tortura de un animal con el pretexto absurdo de que para eso son criados. Lo que no dicen, es que para ellos es un simple y burdo negocio.

Sin ningún fundamento que justifique el maltrato por diversión, varias ciudades en el país han prohibido las corridas de toros, y en ningún momento se ha afectado a lo que la legisladora llama "cultura taurina".

Quizás tampoco sabe (y si lo sabe, peor aún) es que estas "tradiciones" de las que habla son meramente importaciones de otras regiones. El caso de Xico es ampliamente conocido porque una familia es la que trajo de Huamantla, en el estado de Tlaxcala, la famosa "Huamantlada", que no es otra cosa más que soltar a vaquillas por las calles imitando la famosa "Pamplonada" en España.

A esa familia se le ocurrió llevar esa fiesta a mediados del siglo pasado y desde entonces ha sido una tradición en las fiestas de María Magdalena, a mediados de julio, donde --con toda la herencia católica española-- pasean a la santa por las calles y la festividad transcurre en decorar las calles y embriagarse con morita o lo que caiga.

Esa tradición, más que el gusto de ponerse hasta la chanclas y andar ligando gringas, sin duda alguna divierte a algún sector de la población, como también en su momento lo hacían los circos romanos donde los gladiadores se destazaban por puro gusto.

Son pocas las autoridades en Veracruz que han tomado la iniciativa para impedir que sigan estos circos de brutalidad en las calles de municipios veracruzanos. A todos se les aplaude de pie, porque es un gran avance hacia la concientización de la población. Merecen los representantes populares ser quienes encabecen los cambios porque tienen la facultad de cambiar las cosas en su entorno.

No se entiende cómo se puede defender una "tradición" de esa naturaleza, cuando hay fiestas veracruzanas como Coyolillo (Actopan) o Mesa de Guadalupe (Alto Lucero), que sin necesidad de promover el maltrato animal, son ferias exitosas a donde llegan miles de personas.

Las fiestas de la Candelaria son otro ejemplo de la bestialidad: una muchedumbre de gente alcoholizada que se envalentona a patear y torturar a un toro cebú de pastoreo. Una bola de ígnaros alrededor agarrando a cinturonazos al noble animal, lanzándole latas de cerveza y los más "valientes", agarrándole la cola como si fuese divertido.

Diputadas como Carito Galván, en vez de prohibir todo lo anterior, lo alienta con iniciativas que sólo reflejan su nula educación. Quizás lo que debería proponer es una ley para proteger a los animales de legisladores bestias.

Basta que se dé una vuelta por internet (por aquello que a muchos les da flojera investigar seriamente) y buscar a los toreros más reconocidos de México: la mayoría son del bajío como Jalisco, Michoacán o el DF; o el norte, más de la región de Coahuila y Nuevo León. No hay ningún veracruzano. Tampoco las grandes fiestas taurinas se llevan a cabo en Veracruz. Al contrario: se están prohibiendo.

La realidad es que los verdaderamente beneficiados con esas "fiestas" son pocos y cobran caro por vender sus vaquillas o reses para la "diversión" de la gente. No nos extrañe que a una de esas familias pertenezca la diputada Galván..

Hasta donde sabemos, no hay ganaderos en Veracruz que se dediquen de lleno a la cría de toros de lidia. La mayoría es para consumo cárnico y, hasta eso, no llega a competir con las grandes ganaderías del norte del país, porque aquí el ganado es criado de manera diferente y son de inferior calidad.

Siendo honestos, y esperando que la señorita Carito recapacite, puede usted viajar por todo el estado y se dará cuenta que la "cultura taurina" es nula; que en Veracruz hay otras actividades deportivas y verdaderamente más constructivas que la de andar maltratando animales.

#‎NoALaTauromaquiaEnVeracruz, #‎NoALaIniciativaDeLeyTaurinaEnVeracruz son los tópicos en redes sociales a utilizar para protestar contra esta ley.

Nomás como dato para la joven diputada por Coatepec: en San Diego, California, este jueves prohibieron la venta de mascotas en tiendas para promover el rescate y la adopción De manera unánime, el cabildo de la ciudad aprobó la iniciativa.

Los veracruzanos no deben ser moldeados al gusto de quienes gustan de fiestas de maltrato y tortura animal. Alentarlo y oficializarlo al protegerlo con una Ley de Protección a la Cultura Taurina, sólo son pasos hacia atrás; es infame si viene de parte de una autoridad.

Al rato, bajo esa lógica, pues de una vez que legalicen la mota, al cabo que muchos la fuman y no se sacrifican animales. Al contrario, en Coatepec hay quienes buscan entre la caca de la vaca los famosos hongos.

¿Cultura taurina? No manche, diputada. Mejor vaya a cualquier asadero para calmar sus ansias de sangre.

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