La alberquita de Tuxpan, lista para las vacaciones... de ranas, tepocatas, alimañas y víboras prietas
Los alcaldes responsables tuvieron meses para poder trabajar antes de la temporada de lluvias, para no arruinar lo que serían las vacaciones largas de verano.
Por el contrario, entre la clase gobernante parece ser requisito esa constante de mal planear las obras públicas y hacerlas justo cuando hay visitantes, ya sean nacionales o extranjeros.
En Coatepec es palpable el turismo: se puede ver a las familias que no son de aquí, con sus cámaras al cuello y admirando la hermosa arquitectura colonial, pero tienen la calle Zamora cerrada desde hace meses por el cambio de adoquín, dando a la vista un espectáculo de alcantarillas de drenaje abiertos y lodo por doquier. En este punto del centro histórico, se ubica un billar que ya tiene cerca de 100 años y un hotel temático del café.
Otra obra que tuvieron meses para componer (estando dentro del programa de Pueblos Mágicos, se supone que hay recursos para ello) son las vigas de las cornisas de la Casa de Cultura: la madera está podrida y hace como un año, sin que afortunadamente hubiese personas lesionadas, cayó parte del techo a la banqueta. Han pasado meses y dejaron que la madera se siguiera pudriendo, y es hasta ahora en plenas vacaciones que cierran la banqueta por el peligro que representa.
Xalapa es de esas ciudades que no puede, por más que quiera, presumir de turismo fuerte. Las hordas de europeos que Elizabeth Morales según iban a venir, en realidad nunca han llegado y es por una sencilla razón: todo mundo sale de la capital de Veracruz; la ciudad se vacía, porque los estudiantes, burócratas, maestros, políticos, etc., regresan a sus lugares de origen.
No obstante, los pocos visitantes que llegan --o los que se quedan-- tienen que disfrutar el “espectáculo” de calles cerradas en zonas turísticas como Los Lagos, ver a un Parque Juárez destruido en una parte porque a la alcaldesa se le ocurrió hacer una viborita en plenas vacaciones. Xalapa ha sido rehén de ocurrencias y mantiene un rezago enorme en la planeación de sus obras del centro histórico y turístico.
El puerto de Veracruz no se quedó atrás y a alguien le pareció buena idea tirar parte del escombro que surge de la remodelación de la catedral en pleno Zócalo. Ahí en una de las zonas más turísticas del heroico, como para que se viera que se está trabajando “en serio”.
En Tuxpan, en estos tiempos donde la gente quiere un sano esparcimiento y meterse a nadar si es que no alcanza para la playa, tienen a la alberca de la Unidad Deportiva en total abandono. Es literalmente un pantano verde, con algas y un caldo de cultivo en plena temporada de dengue. Increíble el abandono que se ha hecho a instalaciones municipales. Por cierto que la misma fue recién remodelada hace 1 año con inversión federal. La dejaron bien bonita, pero los filtros de la alberca se tapan a cada rato, la bomba se descompone mucho más seguido que la bomba anterior, y es milagro cuando hay agua en las regaderas.
Claro que el turismo es lo que puede ayudar en mucho a Veracruz, pero falta todavía componer esos detalles que son la cantaleta de todos los años.
No se entiende cuál es la intención de que se hagan obras en plenas temporadas vacaciones (o se deje de hacer mantenimiento, como el caso de Tuxpan); eso abona al sospechosismo de las cifras de turismo siempre son infladas, porque es imposible que un turista venga a sufrir por el mal servicio o la mala infraestructura.
Hace poco nos tocó a una familia poblana que se quejó amargamente del estado de las carreteras en Veracruz y no es para menos: la más transitada es la autopista Veracruz-México, y en su tramo de Córdoba es una galería de baches, cráteres y hoyancos… ¿Quién en su sano juicio querrá descomponer su vehículo viajando a Veracruz? Aparte, son de las autopistas más caras.
En las recientes semanas ha trascendido que se han cancelado y reprogramado vuelos en el aeropuerto Heriberto Jara, de Veracruz: no hay pasajeros.
A esto también hay que abonarle que hay lugares que ni siquiera son turísticos, como el extremo sur de Veracruz, en donde se quiere aparentar que la llegada de Interjet es para esos fines cuando en realidad está diseñado para la inversión industrial que se realizará a futuro en la zona.
Hay mucho qué hacer en términos de turismo en Veracruz. Tenemos cientos de kilómetros de playa, tenemos ríos, hay lugares como Jalcomulco a donde está volteando el turismo por lo barato, la rica gastronomía y los paquetes accesibles para el ecoturismo.
Boca del Río es otro de los lugares donde se está recibiendo al turismo en otro nivel: los mejores hoteles del estado están instalados en esta zona, su cocina es única y sencillamente tiene las mejores playas. Hay lugares como Lechuguillas, en Vega de Alatorre, donde simplemente es un paraíso. Las playas de Costa Esmeralda son otras que no se escuchan dentro de la mentada promoción turística.
Ojalá los nuevos gobernantes tengan en cuenta que no se trata de hacer obras para que se vea que se está trabajando. Si en realidad se aspira a mejorar y que caiga la carretonada de dinero por turismo, ya va siendo tiempo de no imitar a quienes dejan el cargo.
Por Angelito de María Santa, patrona de los humildes, háganlo por piedad.
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